“Los niños de Sonora, también son nuestros hijos”
“Los asesinos están en Los Pinos”
“No seas indiferente, los niños de Sonora también son nuestra gente”
“Sonora no estás sola…”
Son algunas de las muchas consignas que se dejaron escuchar a través de la marcha que partió de las oficinas del IMMS en Reforma y concluyó en la calle Goldsmith No. 248 ante la representación del gobierno de Sonora.
Cientos, si no es que miles de personas de diversas procedencias, se dieron cita este sábado 4 de julio para manifestar abiertamente su repudio por los hechos acaecidos el pasado 5 de junio en la ciudad de Hermosillo, capital de Sonora, donde 48 vidas inocentes de entre 3 meses y 4 años de edad, se perdieron en un incendio producido por la criminal negligencia de empresarios y políticos que sacaron “raja” de la subrogación de guarderías del IMSS, montando así lucrativas empresas familiares a costa de un servicio que se supone gratuito, sin siquiera molestarse en brindar a sus “clientes” las más elementales medidas de seguridad en caso de siniestros. Estos hechos y la posterior reacción de los responsables ante esta aberración –no dar la cara, esconderse, ampararse- son elocuentísimos respecto al enorme desprecio que hombres y mujeres de poder experimentan hacia aquellos a quien, se supone, debieran servir.
Hartos de que a nuestros niños se les trate como ciudadanos de segunda, de que estén expuesto a un sistema educativo infame, diseñado a la medida de los intereses del dictador en turno y en complicidad con Elba Esther “Chucky” Gordillo… hartos de que nuestros hijos estén expuestos a pedófilos que se escudan en sus cargos políticos y eclesiásticos, de que se castigue a los periodistas que denuncian estas anomalías y no a los perpetradores del delito denunciado… hartos de que los políticos y empresarios lucren con nuestras necesidades básicas, como serían precisamente las guarderías.
La primera reacción de los reunidos ante las puertas del IMSS, fue echar con cajas destempladas a las cámaras de Televisa y TV Azteca, quienes naturalmente acudían no para informar, sino para lucrar con el morbo de los televidentes y, de paso, tergiversarlo todo, como es su costumbre. Las únicas televisoras que tuvieron acceso a la marcha fueron Canal 28 y una cadena de noticias estadounidense. Ante estas, muchas madres ofendidas, que de un modo u otro hemos sido víctimas de las canalladas de la burocracia oficialista contra nuestros hijos e hicimos nuestro el dolor de las madres y padres de los bebés sacrificados de Hermosillo, juramos que los nombres de los culpables –incluyendo el presidente Calderón y el economista Karam, que insisten en no dar a conocer las listas de propietarios de esta y otras guarderías subrogadas del país- le darían vuelta al mundo.
Gracias a que el poderío de Bour$ y CÍA no abarca la ciudad de México, la marcha se llevó a cabo en santa paz y en medio de un enorme clima de solidaridad que reunió amistosamente a un montón de desconocidos. Madres arrastrando carreolas con sus bebés de edad aproximada a las víctimas de Hermosillo, portando estos carteles con las caritas de cada una estas… enormes mantas exhibiendo los cuarenta y ocho nombres bajo la litografía de un ángel, si bien en esta marcha se les aludió como seres humanos a la espera de justicia y no como seres angelicales. Las mantas exigían también guarderías dignas de los niños mexicanos y la inmediata cancelación del oscuro mecanismo de subrogación que no es otra cosa que “privatización disimulada”.
Llegando ante las oficinas de la representación del Estado de Sonora, ante cuya entrada levantamos un altar a la memoria de los 48 bebés victimados por un estado corrupto, nos aguardaba uno de los padres afectados que brindó un discurso breve, totalmente carente de odio pero lleno de amor para con su hijo. Justicia fue su única exigencia. La multitud a su alrededor lo aplaudió a rabiar. Posteriormente, se pidió un minuto de silencio para los pequeños.
Como bien dijo una señora, que tomó el micrófono, hay que dejar de hablar de las criaturas como una cifra. Procedió entonces a leer los nombres y apellidos de cada una de las criaturas que reproducimos a continuación:
Jimena Álvarez Cota
María Magdalena Millán García
Andrea Nicole Figueroa
Emilia Fraijo Navarro
Valeria Muñoz Ramos
Sofía Martinez Robles
Fátima Sofía Moreno Escalante
Dafne Yesenia Blanco Lozoya
Ruth Nahomí Madrid Pacheco
Denisse Alejandra Figueroa Ortiz
Lucía Guadalupe Carrillo Campos
Jazmín Pamela Tapia Ruiz
Camila Fuentes Cervera
Ana Paula Acosta Jiménez
Monzerrat Granados Pérez
Pauleth Daniela Coronado Padilla
Ariadna Aragón Valenzuela
María Fernanda Miranda Hugues
Joseline Valentina Tamayo Trujillo
María Ximena Huguez Mendoza
Nayeli Estefanía González Daniel
Ximena Yanez Madrid
Yeseli Nahomi Baceli Meza
Ian Issac Martínez Valle
Santiago Corona Carranza Lemas
Axel Abraham Ángulo Cazares
Javier Ángel Merancio Valdez
Andrés Alonso García Duarte
Carlos Alán Santos Martínez
Martín Raymundo De la Cruz Armenta
Julio César Márquez Báez
Jesús Julián Valdez Rivera
Santiago de Jesús Zavala
Daniel Alberto Gayzueta Cabanillas
Xiuneth Emmanuel Rodríguez García
Aquiles Drenet Hernández Márquez
Daniel Rafael Navarro Valenzuela
Juan Carlos Rodríguez Othón
Germán Paúl León Vázquez
Bryan Alexander Méndez García
Jesús Antonio Chambert López
Luis Denzel Durazo López
Daré Omar Valenzuela Contreras
Jonathan Jesús De los Reyes Luna
Daniela Guadalupe Reyes Carreta.
La revista Emequis dedicó su portada de esta semana (179) a los bebés muertos por negligencia criminal en Hermosillo. En el interior, junto a cada uno de los retratos, sus padres escriben una biografía (muy breve, por supuesto), de cada uno de ellos. Lo que se lee junto a la foto de la muy sonriente Emilia Fraijo Navarro, de 3 años, 2 meses y 18 días, resulta muy explicativo respecto al modus operandi del gobernador que pretende tapar el sol con un dedo: “ (el padre de Emilia) acaba de rechazar la propuesta del gobernador Eduardo Bours: un millón y medio para los deudos, pero condicionado a que todos se desistan de demandar; Abraham (papá de Emilia) le dijo: “Gober: si su hijo vale millón y medio, está bien, es su bronca, pero voy a pichársela: yo le doy el millón y medio o más, si quiere, a cambio de que queme a uno de sus hijos.”
Sin comentarios…
“Los asesinos están en Los Pinos”
“No seas indiferente, los niños de Sonora también son nuestra gente”
“Sonora no estás sola…”
Son algunas de las muchas consignas que se dejaron escuchar a través de la marcha que partió de las oficinas del IMMS en Reforma y concluyó en la calle Goldsmith No. 248 ante la representación del gobierno de Sonora.
Cientos, si no es que miles de personas de diversas procedencias, se dieron cita este sábado 4 de julio para manifestar abiertamente su repudio por los hechos acaecidos el pasado 5 de junio en la ciudad de Hermosillo, capital de Sonora, donde 48 vidas inocentes de entre 3 meses y 4 años de edad, se perdieron en un incendio producido por la criminal negligencia de empresarios y políticos que sacaron “raja” de la subrogación de guarderías del IMSS, montando así lucrativas empresas familiares a costa de un servicio que se supone gratuito, sin siquiera molestarse en brindar a sus “clientes” las más elementales medidas de seguridad en caso de siniestros. Estos hechos y la posterior reacción de los responsables ante esta aberración –no dar la cara, esconderse, ampararse- son elocuentísimos respecto al enorme desprecio que hombres y mujeres de poder experimentan hacia aquellos a quien, se supone, debieran servir.
Hartos de que a nuestros niños se les trate como ciudadanos de segunda, de que estén expuesto a un sistema educativo infame, diseñado a la medida de los intereses del dictador en turno y en complicidad con Elba Esther “Chucky” Gordillo… hartos de que nuestros hijos estén expuestos a pedófilos que se escudan en sus cargos políticos y eclesiásticos, de que se castigue a los periodistas que denuncian estas anomalías y no a los perpetradores del delito denunciado… hartos de que los políticos y empresarios lucren con nuestras necesidades básicas, como serían precisamente las guarderías.
La primera reacción de los reunidos ante las puertas del IMSS, fue echar con cajas destempladas a las cámaras de Televisa y TV Azteca, quienes naturalmente acudían no para informar, sino para lucrar con el morbo de los televidentes y, de paso, tergiversarlo todo, como es su costumbre. Las únicas televisoras que tuvieron acceso a la marcha fueron Canal 28 y una cadena de noticias estadounidense. Ante estas, muchas madres ofendidas, que de un modo u otro hemos sido víctimas de las canalladas de la burocracia oficialista contra nuestros hijos e hicimos nuestro el dolor de las madres y padres de los bebés sacrificados de Hermosillo, juramos que los nombres de los culpables –incluyendo el presidente Calderón y el economista Karam, que insisten en no dar a conocer las listas de propietarios de esta y otras guarderías subrogadas del país- le darían vuelta al mundo.
Gracias a que el poderío de Bour$ y CÍA no abarca la ciudad de México, la marcha se llevó a cabo en santa paz y en medio de un enorme clima de solidaridad que reunió amistosamente a un montón de desconocidos. Madres arrastrando carreolas con sus bebés de edad aproximada a las víctimas de Hermosillo, portando estos carteles con las caritas de cada una estas… enormes mantas exhibiendo los cuarenta y ocho nombres bajo la litografía de un ángel, si bien en esta marcha se les aludió como seres humanos a la espera de justicia y no como seres angelicales. Las mantas exigían también guarderías dignas de los niños mexicanos y la inmediata cancelación del oscuro mecanismo de subrogación que no es otra cosa que “privatización disimulada”.
Llegando ante las oficinas de la representación del Estado de Sonora, ante cuya entrada levantamos un altar a la memoria de los 48 bebés victimados por un estado corrupto, nos aguardaba uno de los padres afectados que brindó un discurso breve, totalmente carente de odio pero lleno de amor para con su hijo. Justicia fue su única exigencia. La multitud a su alrededor lo aplaudió a rabiar. Posteriormente, se pidió un minuto de silencio para los pequeños.
Como bien dijo una señora, que tomó el micrófono, hay que dejar de hablar de las criaturas como una cifra. Procedió entonces a leer los nombres y apellidos de cada una de las criaturas que reproducimos a continuación:
Jimena Álvarez Cota
María Magdalena Millán García
Andrea Nicole Figueroa
Emilia Fraijo Navarro
Valeria Muñoz Ramos
Sofía Martinez Robles
Fátima Sofía Moreno Escalante
Dafne Yesenia Blanco Lozoya
Ruth Nahomí Madrid Pacheco
Denisse Alejandra Figueroa Ortiz
Lucía Guadalupe Carrillo Campos
Jazmín Pamela Tapia Ruiz
Camila Fuentes Cervera
Ana Paula Acosta Jiménez
Monzerrat Granados Pérez
Pauleth Daniela Coronado Padilla
Ariadna Aragón Valenzuela
María Fernanda Miranda Hugues
Joseline Valentina Tamayo Trujillo
María Ximena Huguez Mendoza
Nayeli Estefanía González Daniel
Ximena Yanez Madrid
Yeseli Nahomi Baceli Meza
Ian Issac Martínez Valle
Santiago Corona Carranza Lemas
Axel Abraham Ángulo Cazares
Javier Ángel Merancio Valdez
Andrés Alonso García Duarte
Carlos Alán Santos Martínez
Martín Raymundo De la Cruz Armenta
Julio César Márquez Báez
Jesús Julián Valdez Rivera
Santiago de Jesús Zavala
Daniel Alberto Gayzueta Cabanillas
Xiuneth Emmanuel Rodríguez García
Aquiles Drenet Hernández Márquez
Daniel Rafael Navarro Valenzuela
Juan Carlos Rodríguez Othón
Germán Paúl León Vázquez
Bryan Alexander Méndez García
Jesús Antonio Chambert López
Luis Denzel Durazo López
Daré Omar Valenzuela Contreras
Jonathan Jesús De los Reyes Luna
Daniela Guadalupe Reyes Carreta.
La revista Emequis dedicó su portada de esta semana (179) a los bebés muertos por negligencia criminal en Hermosillo. En el interior, junto a cada uno de los retratos, sus padres escriben una biografía (muy breve, por supuesto), de cada uno de ellos. Lo que se lee junto a la foto de la muy sonriente Emilia Fraijo Navarro, de 3 años, 2 meses y 18 días, resulta muy explicativo respecto al modus operandi del gobernador que pretende tapar el sol con un dedo: “ (el padre de Emilia) acaba de rechazar la propuesta del gobernador Eduardo Bours: un millón y medio para los deudos, pero condicionado a que todos se desistan de demandar; Abraham (papá de Emilia) le dijo: “Gober: si su hijo vale millón y medio, está bien, es su bronca, pero voy a pichársela: yo le doy el millón y medio o más, si quiere, a cambio de que queme a uno de sus hijos.”
Sin comentarios…