Voces de ninfas: sobre las Trenzas de Eve Gil

Revista del Claustro de Sor Juana. Año 1. Número 3. Invierno de 2005
Voces de ninfas
Por: Fernando Brambila Ortega
Una de las voces más nuevas en el ámbito de las letras mexicanas, Eve Gil posee una obra discretamente corta y sumamente fascinante. Nacida en Hermosillo en 1968, Gil es caracterizada por su enorme ingenio y su gusto por las voces literarias más “ocultas” e incomprendidas. Su obra narrativa comprende las novelas Hombres necios (1996), El suplicio de Adán (1997, premiada en el certamen “La gran novela sonorense”), Réquiem por una muñeca rota (1999) y recientemente, Cenotafio de Beatriz, su propio tributo a la inmortal obra de Dante Alighieri.
Presentamos aquí su ensayo “Orgía en azul”, que forma parte de su (recientemente desaparecida) columna “La trenza de Sor Juana” publicada en el suplemento cultural Arena, en la cual Gil se dedicaba a rescatar obras literarias de escritoras injustamente olvidadas, desconocidas o mal leídas. “Orgía en azul” trata de la poetisa mexicana Lina Zerón (ella misma una de las voces más frescas e ignoradas de la actual literatura mexicana), destacando su inusual manejo del erotismo y la sensualidad de las mujeres.
Antes de proseguir, aclaremos dos puntos centrales: por qué esta columna puede ser considerada un ensayo y qué definición de “erotismo” es la que maneja la autora.
Si entendemos al ensayo como “el más libre de los géneros literarios”, como aquel escrito que consigue balancear perfectamente el eje subjetividad/objetividad con el de narración/meditación, un análisis del escrito “Orgía en azul” permitirá vislumbrar su verdadera naturaleza ensayística. Con respecto al primer eje, el escrito se propone ser un análisis de la biografía y bibliografía de Lina Zerón; efectivamente, todos los datos concretos proporcionados (fecha de nacimiento,
títulos y editorial de sus libros publicados, breves reseñas de contenido) son correctos. Pero en todo momento se encuentran mezclados con las opiniones personales de la ensayista –por otra
parte, Gil no utiliza su propia opinión como única base de crítica, sino que se apoya en análisis bastante concretos de la obra de Zerón, realizados por diversas autoridades en crítica literaria. Con respecto al segundo eje, el escrito nos presenta por un lado la narración de la vida de Zerón (inclusive reproduce algunas breves anécdotas biográficas) y al mismo tiempo una serie de ponderaciones de Gil no solamente sobre la forma en que Zerón ha sido acogida en el ámbito de las letras universales, sino de las razones por las que permanece subvalorada (por ahora).
Concretamente, Gil plantea lo inusual que resulta una artista que maneje su propia sexualidad de una manera completamente directa y sin pretensiones –una mujer que se declare orgullosa de serlo. Tal actitud, nos plantea Gil, es algo a contracorriente de la cultura universal, donde se quiera o no persiste aún una base patriarcal de la cosmovisión. El escrito balancea reflexión con narración, hechos indiscutibles con opiniones que a cada lector o lectora le corresponderá discutir.
En otras palabras, se trata de un ensayo en plena regla, bajo los criterios evaluativos arriba establecidos.
En cuanto al erotismo, Gil habla constantemente del “verdadero” erotismo manejado por Zerón, que es cotidiano (no deja de lado lo exótico, pero lo convierte en un adorno antes que
en el eje central) y más sensual que sexual. De ello puede inferirse la visión que la propia Gil tiene del erotismo, según la cual lo erótico no es meramente el placer sexual intenso, sino un goce
honesto de todo el cuerpo y que consigue estremecer el alma. Para Gil, el verdadero erotismo se diferencia de lo pornográfico en que lo erótico abarca lo sexual, pero sólo como uno más de sus
ingredientes. El erotismo por el cual aboga empieza por cada persona, por el conocimiento, aceptación y amor de nuestro propio cuerpo con todas sus posibilidades de goce –de ahí,
insistimos, el énfasis en la sensualidad (uso de todos los sentidos) más allá de la inmediata sexualidad. En cuanto al ser cotidiano (con algo de exotismo), se refiere a un tipo especial de práctica erótica: la que puede darse en una pareja que lleve varios años de casados. En ese sentido, el ensayo completo (y según entendemos, la poesía de Zerón) rescata un tipo de placer que no tiene por qué depender de lo “inusual” ni exótico, en el sentido de que puede ser compatible con la vida prosaica y sin embargo armoniosa, feliz…
Queda sólo por destacar el nítido estilo literario de Gil, que consigue balancear el tono informal con el sublime (sobre todo al alabar sinceramente los más bellos pasajes de un poema), sin caer nunca ni en el habla excesivamente coloquial ni en el tono exageradamente solemne. A final de cuentas son la sinceridad y el cuidado talento de Eve Gil lo que la convierte en una de las ensayistas más memorables de la última mitad del siglo XX y de principios del XXI; una voz hermosa y huidiza como el canto de una seductora ninfa.
• GIL, Eve. Orgía en azul. Publicado en el
suplemento cultural Arena #337 del diario
Excelsior, 7 de agosto de 2005.
POSDATA del editor: (Esta parte, idóneamente, deberá incluirse al final del ensayo) Para ilustrar más convincentemente el anterior ensayo, hemos decidido reproducir en su totalidad un pequeño poema de la propia Zerón:
ASUNTOS DE COCINA
Para abrir apetito…
apagar el televisor y dar paso a la luna llena,
incluir constelaciones y tres nuevos planetas,
dos copas de champagne, duraznos y un
[ombligo,
amasar 50 gramos. de pasión con una pizquita
[de ojos,
hervir dos tazas de saliva fresca en la boca,
y escuchar el bullicio de tus manos
haciendo ensalada entre mis piernas.
Como plato fuerte…
media cucharadita de suspiros a ritmo de salsa,
500 gramos de besos envueltos en piel tostada,
un kilo de “te amo” con dos cucharadas de
[caricias,
y 2 kilómetros de crujir de muslos en su punto.
Mezclar todo y beberlo en días de arco iris
eso hará que nunca terminen nuestros sueños.