Diario de una hipocondríaca en el encierro

Día 1
Miércoles 22 de abril
Nueve defunciones por influenza. Nada grave, afirma el Secretario de Salud, con el tono de quien está harto de la estupidez humana, ¿pandemia? ¿Cómo creen? Pandemia sería si murieran miles. Ergo: el doctor no moverá un dedito (manicuradísimo) hasta que no empecemos a caer como moscas.
Para nada es falta de higiene, ¿eh?: nos lo pasaron desde Estados Unidos (últimamente los gringos tienen la culpa de todo. Será porque los cristeros creen que Obama es el Anticristo: “No, señores. Nostradamus no mencionó a un presidente negro, sino a un papa negro, lo cual todavía parece remoto. Amén”.
“Por el clima”, dijo también el Secre de Salú. “Por el clima”, así contesto yo cuando me hacen una pregunta impertinente.
Que vacunen a quienes trabajan en el sector salud… que al estornudar nos cubramos con el antebrazo y no con las manos.
Yo me he sentido mal. Algo me indica que debo acudir al médico… pero según los rumores, el virus que ha matado a nueve personas salió de los mismos hospitales. Hasta que esto no se aclare, no pienso ni pasar por enfrente (la verdad le temo más a las clínicas del ISSTE que a la influenza)
Lo que nos faltaba… y lo peor: no les creo nada, nadita…

Día 2
Jueves 23 de abril
¿No que no? Ya cancelaron las clases para mañana, con todo y su pruebita “Enlace”
Lo peor es que soy hipocondríaca y me sentía bastante bien hasta que empezaron a enumerar, una y otra vez, los síntomas.
Por lo pronto, y en caso de que me muera mañana –bromeo, por supuesto- me aplicaré a leer algo que me guste mucho, hasta que me venza el sueño.

Día 3
Viernes 24 de abril
La verdad es cada vez más inalcanzable. Es más factible morirse de esto que saber qué está pasando en realidad: 9 muertos (antier), 45 muertos (hoy), probablemente 68. Por la mañana escuché otra cifra muy menor: 13 muertos… pero repartidos en toda la república –esto raras veces lo aclaran: para los chilangos, el DF es México- Mi mamá me dijo hoy al medio día: ¡800 muertos, virgen santísima! (estaba viendo la tele).
Cumplí el compromiso que tenía por la mañana: impostergable. Estreché una docena de manos… terriblemente sudada, una de ellas. Lo peor es que este apretón lo recibí en un escenario y no podía salir huyendo a lavarme. Saliendo del compromiso me las lavé hasta que me quedaron rositas. Ayer por la noche me dolía la cabeza, otro tanto la garganta y estuve a un paso de la histeria –se me figura que la cifra de 800 que escuchó mi mamá fue la de hipocondríacos que corrieron a hospitalizarse porque estornudaron- y lavándoselas a Luli, como si se me hubiera metido el espíritu de Michael Jackson. Los fabricantes de cubrebocas estarán en la lista del FORBES del próximo año… y ya están hablando de complementarlos con guantes de látex.
En otro programa de radio, una doctora dijo que esta “gripe porcina” –que en realidad es cruza de cochi, pájaro y orate humano- no se anda con chiquitas, es decir, de un momento a otro sientes que estás muriendo y lo primero es una elevación exacerbada de la temperatura corporal. Yo estoy fresca, por el momento. Helada, a decir verdad. Cerraron museos, cines, auditorios… se insinúa la posibilidad de cerrar también el aeropuerto.
Lo peor es que, según dijeron en otro noticiario –los monitoreo las 24 horas- es que el gobierno tenía conocimiento de un brote febril… ¡desde marzo! Muy probablemente, dicen, hubieran podido combatir el virus desde entonces. Pero con tal de ahorrar en nimiedades –la prioridad es “la guerra contra el narco”- son capaces de dejar que nos convirtamos en zombis.
Lo bueno… ¡habrá prórroga en el pago de impuestos de las personas físicas… hasta el 1 de junio!!!
¿Ante quien me tengo que arrodillar? (ante el Gordo no, por favor…)
Cerraron también centros nocturnos. Aunque parezca mentiras, en circunstancias como estas, hay gente deseosa de bailar, sudar, besuquearse… beber de una misma copa, de ser posible. Dicen que se enojaron mucho cuando se les evacuó, y hasta hicieron un recordatorio impertinente del News Divane (o como se llamara el antro). Habrá partidos de fútbol…sin público. Las misas serán transmitidas por el radio (también por televisión abierta, para los ricos).
Influencia. Influenstza. Influnencia. Infuenza. Insuflencia. Izunzencia. Son algunas de las pronunciaciones extrañas que he escuchado a lo largo del día.
Dicen: Si experimenta los síntomas, consulte a su médico.
También: Si experimenta los síntomas, permanezca en reposo. No salga de su casa.
Otro locutor: “Los síntomas de la influenza son idénticos a los de la gripe normal, pero más intensos” (¿qué hacemos los que nos dan gripones de miedo?)
No problem: podemos comer carne de cerdo (ojalá hubiera dinero para semejante lujo)
El contagio se da de humano a humano. Alguien que me explique cómo un humano pudo transmitir un virus porcino (no quiero ni imaginármelo)
El virus ha mutado de nombre tres veces, en menos de 24 horas: de “influenza” pasó a “influenza (o fiebre) porcina” Ahora se le está llamado “fiebre-porcina-humana” (mañana podríamos amanecer con la novedad de que es fiebre-porcina-humana-equina”)
Otros dos síntomas, no mencionados hasta ahora: vómito y diarrea
Las misas serán radiofónicas (¡maldición!)
Los diputados exigen que se les aplique la vacuna -¿Cuál?, ¿no que no existe?- porque, dicen, los fines de semana viajan a sus estados de origen y son “foco de contagio”… ¿y quién les dice que son los únicos chilangos que tienen que viajar en fin de semana?
Juraría sobre una Biblia que al Presidente y a sus Hombres (y Mujeres, incluida Elba Esther) ya los inmunizaron… desde marzo.

Día 4
Sábado 25 de abril
“Así como actuamos contra el narco, actuaremos contra la influenza”
¡Qué terror! ¿Colocarán contra la pared a los sospechosos de portar el virus? ¿Quemarán hospitales? ¿Incautarán cerdos?
Más noticias:
-El gobierno estaba informado desde hace UN AÑO de la potencialidad de la propagación de un virus mutante. Los secretarios acudieron a un simposio sobre el tema, efectuado en E.U, en el 2007… pero solo les sirvió de paseo.
-Hoy se presentó un éxodo de chilangos rumbo a Cuernavaca… y justo hoy se presentaron los dos primeros casos sospechosos de influenza por allá… a menos que sean hipocondríacos monitoreando las noticias del radio, como yo.
-Unos dicen que el cubrebocas debe mudarse tras cuatro horas de uso o apenas sea posible, si se ha estornudado en él. Otro, que basta lavarlo con jabón neutro y ponerlo a secar.

Me asomo por la ventana de mi cuarto, ¿qué veo?: el mundo allá afuera ignora la existencia de una epidemia por influenza. La taquería de enfrente, al aire libre, presenta el bullicio de todos los días, el mismo trajín de cocineros y meseros. Ninguno porta el cubrebocas. Los clientes, mucho menos. Se cuentan chismes con las caras cerquitita. Para colmo, un guitarrista ambulante va de mesa en mesa, cantando una ranchera… y desde acá me parece ver como va regando una especie de rocío que le sale por la boca.
Es como ver una película de aliens...pero sin cine.

¿Continuará....?