La bestia humana (inspirado en una canción de Los Caifanes)

Se los suplico, no confundir esto con un poema. No tolero a los malos poetas y por ningún motivo me sumaría a tan deleznable pandilla. Son simples reflexiones. Ruego sean leídas como tales. Muchas gracias.

Cada vez soy un poco menos yo...y más una bestia.
Mi bestia.
Cada mañana descubro que han menguado los deseos de pararme de la cama.
Cada día descubro un nuevo dolor. Primero el cuello, luego la espalda...
las piernas, las pantorrillas, los tobillos...
Y conforme el dolor iba apoderándose de mis huesos, la punzada alcanzaba el centro de toda vulnerabilidad:
el espíritu
Ya el dolor empezaba a incorporarse a mi cotidianidad, a acompañarme en todas partes...a hacerse presente en el momento más inoportuno.
Hasta en los más felices.
Mi cuerpo conserva su apariencia, quien sabe hasta cuándo...
Pero mi espíritu se ha deformado. Mi espíritu es una mujer golpeada y vejada hasta la muerte.
Un hombre arrancado de su hombría
Bestia rabiosa, ansiosa de rugir, despedazar, mutilar...
bestia sangrando profusamente por el hocico...y las pezuñas
Ansiosa de abrazar a sus crías. Que no puede.
Porque abrazar duele
Provoca gritar...
Gritar...
¡Cómo duelen los abrazos!
Y ese dolor lo único que me hace recordar que soy un poco humana.
Que tengo unas manos que casi no sostienen un libro demasiado pesado.
Unos dedos engarrotados tras aporrear las teclas de una máquina.
Que tengo piernas que siendo tan flacas, se vuelven lentas como las de un oso.
Que tengo un cuello donde los besos solían hacer cosquillas...y ha dejado repentinamente de reír
Que tengo un cuerpo largo que cada día se parece más a un tronco de árbol: solo reacciona cuando alguien intenta labrar un corazón sobre él.
La navaja rasádome...mi corteza cayendo a pedazos...las iniciales de dos adolescentes...qué dolor...
Qué hermoso dolor
Este cuerpo humillado que es mi bestia.
Querida bestia que entre más humillada más bestia se vuelve
La imaginación que, incesante, crea oídos por donde no penetren las mentiras
las lisonjas recicladas...
menos esas torpes palabras de consuelo: contemplación triunfal de la derrota
Palabras que haré incinerar en el infierno,
que Bruno Latini te hará tragar con tus excrementos
no escuchar, no ver el vergonzante circo de gorduras de buena marca.
de egos rubicundos que almuerzan niños desnudos
Y sus pequeños patéticos clones, tendiendo la mano con la esperanza de recibir el saludo promisorio que habrá de convertirse en monedas.
"Con lo que guste cooperar"
Tendiendo alfombras como jardines con rosas pisoteables.
Inventándose gracias de perrito amaestrado con que nutrir miserias marca Hugo Boss.
Saquémonos de la manga una lista de honor; las casillas precisas para que quepan los canallas,
los mejores canallas,
los egos devoradores de niños
Este cuerpo no. Este espíritu no.
A esta miseria no le queda nada, excepto dignidad
y a esa la defiendo con mi poca vida
Estoy enferma, pero mi espíritu rabioso vive
Vive
La rabia es vida
El asco es vida
Duelo...Duelo... Duelo
Manos que casi no pueden sostener el libro...Brazos que no pueden abrazar
Cuerpo que quiere ser abrazado y no puede
Y una bestia a punto de saltar...